Hiperhidratación: problemas de tomar agua de más

Hidratarse correctamente no se trata de tomar grandes cantidades de agua con la idea de que así mejorará mágicamente la salud y ocurrirán los efectos positivos esperados en el cuerpo, puesto que beber demasiada agua puede desarrollar hiperhidratación, cuyos efectos perjudicarán la salud.

La hiperhidratación es un trastorno provocado por la ingesta de agua en grandes cantidades y de forma compulsiva, que despierta la necesidad de ingerir tomar agua sin que exista una necesidad o sensación de sed.

Los especialistas recomiendan un estado normal de líquidos en el cuerpo, también conocido como euhidratación. Cuando se superan los límites de agua se corre el riesgo de llegar a un grado de hiperhidratación y poner en riesgo la salud.

Efectos negativos de la hiperhidratación

Al contrario de lo que se cree, tomar más agua de la recomendada no genera ningún beneficio para el organismo, sino que afecta la sangre y el corazón. Mientras exista una mayor cantidad de agua la sangre se diluye, ya que hay más líquido que minerales y por ello, el organismo busca compensarlo.

Algunos de los efectos que produce la ingesta excesiva de agua son:

Espasmos o calambres musculares: beber agua en exceso baja los niveles de electrólitos en el cuerpo, lo que ocasiona espasmos musculares o calambres.

Náuseas: cuando se bebe agua de más, los riñones se vuelven incapaces de eliminar el exceso de líquido, por lo que el agua se acumula en el cuerpo. La acumulación de agua provoca náuseas, vómitos o diarrea.

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Dolor de cabeza: la hiperhidratación disminuye la concentración de sodio en la sangre, factor que ocasiona la hinchazón de los órganos. El cerebro aumenta de tamaño y después presiona el cráneo, razón que puede causar dolor de cabeza.

Fatiga: los riñones se encargan de filtrar el agua ingerida y equilibrar los niveles de líquido en el torrente sanguíneo. Ingerir agua en exceso hace trabajar horas extra a los riñones, que en consecuencia puede afectar las hormonas.

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Recuerda no descuidar la hidratación diaria, pero también cuidar la cantidad de agua que ingieres.