¿Te ha pasado que te sientes irritable, sin paciencia o con la cabeza nublada… y no sabes por qué? Tal vez la respuesta no está en lo que te rodea, sino en lo que no estás tomando: ¡agua!
¿Sabías que el mal humor puede ser un síntoma de deshidratación?
Diversos estudios han demostrado que incluso una leve deshidratación (pérdida del 1-2% del agua corporal) puede afectar directamente tu estado de ánimo, tu concentración y tu energía.
De acuerdo con la Universidad de Connecticut, personas con bajo nivel de hidratación mostraron mayor fatiga, ansiedad e irritabilidad, comparadas con aquellas que habían consumido suficiente agua durante el día.
¿Por qué pasa esto?
Tu cerebro está compuesto en un 75% por agua. Cuando no bebes lo suficiente:
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Se reduce el flujo de oxígeno al cerebro
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Disminuye tu energía mental
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Tu cuerpo produce más cortisol (la hormona del estrés)
Todo esto puede provocarte desde dolor de cabeza y cansancio hasta cambios de humor sin una razón clara.
¿Cómo evitarlo?
Toma al menos 2 litros de agua al día (más si haces ejercicio o hace mucho calor)
Complementa con frutas ricas en agua como sandía, pepino o naranja
⏰ Ten una botella siempre a la mano y da pequeños sorbos durante el día
No esperes a tener sed: cuando llega, ya estás empezando a deshidratarte
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Tu cuerpo te habla, y el mal humor podría ser solo una de las muchas formas en que te pide agua. Así que antes de culpar al tráfico, al trabajo o al clima… tómate un momento para hidratarte.
Tu mente, tu humor y tu cuerpo te lo agradecerán.